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La impactante historia de los gemelos colombianos


Es una historia increíble, digna de formar parte de una telenovela sudamericana, colombiana para ser más precisos.

Dos pares de gemelos que fueron intercambiados al nacer en 1988 se reencontraron por una mezcla de azar y curiosidad en 2014.

Una amiga de la oficina de uno de ellos, de Jorge Enrique Bernal Castro, fue de compras a la carnicería en la que estaba trabajando William Cañas Velasco. Allí descubrió el parecido –no, la definitiva igualdad de rasgos– de ambos: flacos, de cara huesuda, boca pequeña y sonrisa pícara.

Le tomó la foto al "Jorge carnicero" y se la mostró al "Jorge oficinista", quien no salió de su asombro.

Finalmente se pusieron en contacto. Jorge entonces conoció a William.

La sorpresa se duplicó –o cuadriplicó– cuando cayeron en la cuenta de que quienes creían que eran sus respectivos hermanos mellizos, Carlos Bernal Castro y Wilber Cañas Velasco, también eran iguales entre sí, además de ser bastante diferentes a Jorge y William.

La historia recorrió el mundo cuando la publicó en un extenso reportaje el diarioThe New York Times en julio de 2015.

El Times contó casi todo lo que se podía contar, pero el vínculo entre los protagonistas ha ido evolucionando.

Carlos y Wilber son corpulentos, de cabeza más grande, labios carnosos y expresión más seria.

A medida que se fueron conociendo se dieron cuenta de que mientras Jorge y William eran más dicharacheros, bromistas y desenfadados, Carlos y Wilber eran más medidos con las palabras, poco tolerantes a las tomaduras de pelo, rápidos para enojarse y más cuidadosos de su imagen.

William creció con Wilber, pero algunas diferencias lo hicieron dudar en ocasiones de que fueran hermanos.

No mencionó el baile, pero sí lo que ocurrió cuando ingresaron al Ejército: en las pruebas de sangre salió que tenían factor RH diferente.

Se le hizo raro, pero como quien tomó las muestras le dijo que era normal, lo dejó ahí.

Jorge explicó cómo creen que ocurrió el error que llevó a que los hermanos terminaran mezclados.

William y Jorge nacieron el 21 de diciembre de 1988, en el Hospital Materno Infantil de Bogotá y Wilber y Carlos nacieron un día después en el departamento de Santander.

Los cuatro son sietemesinos.

Como Carlos no se encontraba bien, lo trasladaron junto a su hermano al Materno Infantil de Bogotá para que lo trataran.

Jorge cree que los pusieron a todos en la misma sala y que se habrá caído alguna o algunas de las pulseras que identifican a los niños en los hospitales y que luego se las colocaron a los bebés equivocados.

A todos les dieron el alta el mismo día. William se fue con Wilber para Santander, a una zona rural, y Carlos se quedó con Jorge en Bogotá.

Cuando los cuatro ya sabían de la existencia de los otros e iban a conocerse una de las primeras reacciones fue de aprensión.

Uno no sabía qué clase de personas podían ser", dijo Jorge, "ese era el mayor miedo: que pudieran ser unas personas malas".

Lo mismo le pasó a Wilber. "Por ahí iban a robarnos o hacernos algo", recordó haber pensado en ese momento.

Pero finalmente se encontraron y los miedos se fueron disipando, la desconfianza fue dando paso a las palabras, los chistes, la curiosidad, las preguntas, la conversación.

De hecho, su vida comenzó a reescribirse con el descubrimiento, la publicación del diario estadounidense y las investigaciones de expertos en gemelos.


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